Por Alvaro Martinez y Mason Hodges, Voluntarios de Comunicaciones
Cuando ocurre un desastre, Jesús Sotelo no lo duda: actúa.
Nacido en Acapulco, Guerrero, México, Jesús creció en una comunidad donde la música, la fe y el servicio estaban profundamente entrelazados en la vida cotidiana. En los años 80, él y un grupo de amigos formaron «Lobos», un equipo informal de voluntarios que ayudaba a personas en crisis. Sus esfuerzos los llevaron a colaborar con Protección Civil y recibir capacitación de la Cruz Roja Mexicana, donde Jesús aprendió habilidades tipo paramédico y adoptó un principio rector: «Si hay un accidente, debes ayudar».
Aunque no siguió una carrera formal como paramédico, su dedicación a ayudar a los demás nunca flaqueó. Ese mismo espíritu lo acompañó cuando se mudó a Estados Unidos. Lo que comenzó como una estadía temporal se volvió permanente—y también su deseo de servir. A pesar de las barreras del idioma y los sistemas desconocidos, Jesús encontró su camino hacia la Cruz Roja Americana, solicitando en línea y convirtiéndose rápidamente en un voluntario confiable en refugios, eventos comunitarios y sesiones de capacitación.
«No necesitas permiso», dijo. «Solo pregunta, ‘¿Qué sigue?’ y participa».
El camino de Jesús tomó un giro desafiante cuando se enfermó gravemente. Hospitalizado durante dos semanas, fue diagnosticado con cáncer de próstata. Los tratamientos fueron agotadores, pero su determinación permaneció firme.
«Tienes dos caminos», dijo. «Rendirse o luchar. Yo elijo luchar».
La fe y la familia se convirtieron en sus pilares. Su esposa Lucia, también voluntaria de la Cruz Roja, fue un apoyo fundamental, y sus estudios pastorales le dieron fortaleza. Incluso durante el tratamiento, Jesús continuó ofreciendo su servicio. Su voluntariado se convirtió en una fuente de sanación y propósito.
«Lo que haces importa. Incluso cuando es difícil. Incluso cuando tienes miedo».
La historia de Jesús es un reflejo poderoso de la herencia hispana, no solo a través de la tradición, sino mediante la acción. Su presencia en la Cruz Roja ayuda a cerrar brechas culturales y lingüísticas, ofreciendo consuelo y conexión a las comunidades de habla hispana. Él espera ver a más latinos involucrarse en el servicio, no solo como voluntarios, sino como líderes.
Ha recibido medallas y reconocimientos locales, pero para Jesús, la verdadera recompensa es saber que hizo una diferencia. Sueña con convertirse algún día en empleado de la Cruz Roja y escribir un libro que comparta su trayectoria e inspire a otros.
Ha recibido medallas y reconocimientos locales, pero para Jesús, la verdadera recompensa es saber que hizo una diferencia. Sueña con convertirse algún día en empleado de la Cruz Roja y escribir un libro que comparta su trayectoria e inspire a otros.
«Vive en el presente», dijo. «Este momento es la única vida que tenemos. Servir con humildad es un legado poderoso. La fe sin acción no es suficiente. Si crees, actúa».
Jesús no esperó condiciones perfectas, y tú tampoco tienes que hacerlo. Ya sea que hables español o inglés, seas nuevo en el voluntariado o tengas años de experiencia, tu ayuda es muy necesaria.
Únete a Jesús y a miles de personas que están marcando la diferencia. Visita redcross.org/cruzroja para inscribirte hoy.











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